Tus manos
Ayer tus manos fueron blancas como azucenas;
tan suaves como el viento que acaricia la flores;
ingenuas como el ave tremolante de amores
o como errantes nubes...apacibles...serenas.
Con ellas enjugabas el llanto por las penas
de algún prístino amor que te cubrió de dolores
o ardientes y quemantes legaron sus favores
en noches de caricias y de pasiones plenas.
Manos ya maltratadas de labor incansable
van tejiendo recuerdos de un tiempo inmemorable
y cultivando flores del humano jardín
o implorantes al cielo en sacras oraciones
pidiendo para el mundo eternas bendiciones
van contando un rosario en noches de satín.